Ideas

Ampliando el círculo de la Compasión

Comentario de la Película La Sal de la Tierra

Por Claudio Araya Véliz

“Siempre que me encuentro, incluso con un “extranjero,

siempre tengo el mismo sentimiento:

Estoy ante otro miembro de la familia humana.

Esta actitud ha hecho que mi afecto y respeto

por todos los seres sea más profundo”.

Dalia Lama, Política con Conciencia
Un nuevo enfoque de los problemas globales. pp.33

El documental La Sal de la Tierra, dirigido por Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado retrata parte de la vida y del trabajo del fotógrafo social brasileño Sebastião Salgado, quien durante más de 40 años ha recorrido el mundo captando diferentes manifestaciones de la condición humana, buscando hacer visible las dolorosas expresiones de sufrimiento humano, desde el dolor de refugiados y víctimas de la guerra, hasta devastaciones medio-ambientales. Este documental fue presentado en el festival de Cannes el año 2014 y fue galardonado con el premio Especial del Jurado (“Un Certain Regard”) y fue nominado a mejor largometraje documental en los premios Oscar.

Sobre el documental especialmente valioso del cual quisiera decir tan sólo tres cosas, que son las que más me llaman la atención tras verlo, estos tres aspectos les daría tres nombres: 1. Reconectando con nuestra naturaleza humana, 2. La importancia de tomar perspectiva y 3. Todos somos responsables.

1. Reconectando con nuestra naturaleza humana

El documental nos muestra desde la primera toma la condición humana profunda, aquello que nos conecta. Nos permite notar el hilo de nuestra especie que nos hacer reconocer que somos una continuidad, que estamos conectados con nuestros antecesores inmediatos, nuestros padres y abuelos, pero también con nuestros antecesores más antiguos. Somos representantes de una larga estirpe de seres que han ido labrando su destino, metafórica y concretamente somos “la sal de la tierra”.

Este documental nos muestra con especial lucidez como los seres humanos tenemos un enorme potencial, tanto para la destrucción como para la creación y la generación de vida.

Por diferentes razones, somos seres capaces de realizar las acciones más atroces, como violentar a los miembros de nuestra misma especie (y ni hablar de violentar a las otras especies), e incluso podemos violentar y atacar a nuestros vecinos y seres queridos, y al mismo tiempo, tenemos la capacidad de crear un hogar de cuidado y afecto. Ambas son posibilidades latentes que forman parte de nuestra naturaleza profunda.

Sobre la capacidad de atacar a otros, pienso que para llegar a causarles daño tenemos que recorrer un camino de insensibilización, este es un proceso gradual en el cual nos vamos distanciando de los demás y los vamos percibiendo como extraños, se va forjando así una ilusoria percepción de separación, en donde creemos que el otro es distinto a nosotros, llegamos a creer que el otro no sufre como yo, que el otro no se decepciona como yo, que el otro no sabe cómo es sentir lo que yo siento. Me parece que esta es una ilusión peligrosa, ya que está en el origen de la violencia y la discriminación. Ante esta ilusión de separación resuena la reflexión que hiciera Albert Einstein, quien afirmaba:

“Un ser humano es una parte del todo, llamado por nosotros “Universo”, una parte limitada en tiempo y en espacio. Él se experimenta a sí mismo, sus pensamientos y sensaciones como algo separado del resto-una especie de ilusión óptica de su consciencia. Esta ilusión es una especie de prisión para nosotros, que nos restringe a nuestros deseos personales y al afecto por unas cuantas personas cercanas a nosotros. Nuestra tarea debe ser liberarnos de esta prisión al ampliar nuestro círculo de compasión para abrazar a todas las criaturas vivientes y a toda la naturaleza en su belleza. Nadie es capaz de lograr esto por completo, pero el esfuerzo por tal logro es en sí mismo parte de la liberación y una base para la seguridad interna”.

Ante esto, resulta de primera importancia que podamos volver a conectar con nuestra humanidad compartida, para romper con esta falsa ilusión de separación que nos rodea, realizando acciones que nos lleven a mirar a los demás de un modo más comprensivo y compasivo, para esto resulta de vital importancia desarrollar la habilidad de la compasión, entendiéndola como la capacidad que todos tenemos de ser conscientes del sufrimiento y emprender acciones hábiles para aliviarlo. Podemos reconocer y observar nuestros propios prejuicios y no dejarnos guiar por ellos, sino más bien cultivar una atención presente y consciente, cultivar una mente de principiante que nos ayude a mirar a los demás de un modo más cercano, como parte de la familia humana de la que formamos parte.

2. La importancia de tomar perspectiva

Este documental también nos muestra con especial lucidez la relevancia de tomar perspectiva, siendo consciente de los diferentes modos de vida posibles. Tomar perspectiva y poder observar las vivencias en otras culturas, nos permite re-conectar con nuestra naturaleza más profunda, ya que notamos aquello que nos une, podemos reconocer nuestra condición finita y vulnerable, podemos reconocer el dolor y el sufrimiento del otros y al mismo tiempo el profundo anhelo que tenemos todos de aliviar ese sufrimiento, de conectarnos y poder tener una buena vida, una vida digna, con mayor bienestar, conectar con el propósito de que nosotros y todos tengan una buena vida. En síntesis, poder mirar a los otros a los ojos nos conecta con nuestra natural compasión.

Sebastião Salgado capta la experiencia desde un lugar privilegiado, nos ayuda a mirar una mayor perspectiva, nos muestra aspectos de nosotros mismos que a simple vista no podemos reconocer, de tan cercanos pasan desapercibidos. Del mismo modo nosotros también podemos realizar la práctica de tomar una perspectiva y estar más consciente de nosotros mismos y de las diversas “realidades” que nos rodean.

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