Muchas veces me puedo dejar tentar por la idea de buscar tener experiencias y emociones intensas, creyendo que si las alcanzo tocaré eso que llaman «felicidad». Sin embargo, al asumir esta empresa corro el riesgo de perder de vista aquellos momentos cotidianos, micro-momentos de conexión y sentido, me refiero a momentos de epifanías cotidianas, momentos en los que percibimos que el tiempo cronológico no es más que un pálido reflejo del tiempo vivido, momentos donde nos sentimos parte del entorno y donde no tenemos que hacer grandes esfuerzos por sentirnos y ser distintos a quienes estamos siendo.Quisiera hacer presente un micro-momento vivido hace unos días, entre dos actividades mi hijo Gael de 3 años y medio me tomó de la mano y me invitó a jugar con él, tomó un globo azul y lo lanzó hacia arriba, y jugamos a simplemente lanzarlo, no había más propósito que ese, lanzar el globo y reírse. Gael se reía y yo me reía con él, fueron minutos de estar en esa danza. Debo ser honesto, a mi mente venían pensamientos de cosas que tenía que hacer después y algunos pendientes, pero la risa de mi hijo me devolvía instantáneamente a ese preciso momento. Mientras yo jugaba con él, disfrutamos juntos de los últimos rayos de sol de la tarde.
5 Comments
Bernardita
Tan simple y tan marcador!!!!!!!!…
de seguro Gael recordara siempre ese momento…. es un encuentro padre-hijo basado en la simpleza de la risa. Te felicito Claudio por darle ese momento a tu hijo y a ti también.
Gabriela Sito
Hola Claudio: hermosa descripción. Gracias! Me recordó una escena con mi hijo Pablo cuando tenía 4 años, jugando a lanzarnos una pelota con las manos, sentados frente a frente: en un momento paró la pelota para decir » mamá no te estás divirtiendo, esto no es jugar»….Cuánta sabiduría en sus palabras para referirse a que no estaría yo plenamente presente disfrutando de esa danza, no? Pasaron más de 20 años ya…y la vida transcurrió con más oportunidades de aprendizajes y de olvidos de «lecciones» parecidas…
Guillermo Freire
Que gran momento de presencia plena . Nada se compara con sentir que donde estamos es donde debemos estar , sin juicio , solo con el deleite de estar ahí. Saludos , Guillermo desde rosario, argentina
Claudio
Muchas gracias Guillermo por tu comentario.
Es una suerte tener personas que nos ayudan a apreciar el momento presente.
Un abrazo fraterno.
Ally Reinike
La sabiduría y la plenitud de la sonrisa infantil son manifestaciones constantes de la importancia de vivir la vida en este aquí y en este ahora…Ojalá esa forma de comunicación tan genuina de los niños podamos revivirla en la adultez, o talvés luchar para que nuestros hijos no pierdan la hermosura de la presencia y la humanidad compartida a medida que crecen….
Gracias Claudio por siempre traer palabras a nuestras vidas…